Hacía mucho que no compartía un DIY, ¡con lo que a mí me gustan! Hoy os propongo uno cuyo resultado me chifla y el proceso no es demasiado complicado: un frutero de varios pisos.
Me parece una idea genial, perfecta para hacer un regalo o para uno mismo y, lo mejor de todo es que tiene múltiples usos, porque no me digáis que no queda ideal con unas magdalenas como las que os proponía aquí, o unas galletas de limón, o incluso para organizar el maquillaje, solo hay que buscarle un buen sitio.